Olokun es un Orisha
que es fundamento de Ifá y de Osha y está relacionado con los secretos
profundos de la vida y de la muerte. Olokun proporciona salud,
prosperidad y evolución material. Es el Orisha
del océano, representa el mar en su estado más aterrante, es andrógino,
mitad pez mitad hombre, de carácter compulsivo, misterioso y violento.
Tiene la capacidad de transformarse. Es temible cuando se enfurece. En
la naturaleza está simbolizado por las profundidades del mar y es el
verdadero dueño de las profundidades de éste, donde nadie ha podido
llegar. Representa los secretos del fondo marino, ya que nadie sabe que
hay en el fondo del mar, solo Olokun y Olofin. Representa además las
riquezas del lecho marino y la salud. Olokun es una de las deidades más
peligrosas y poderosas de la religión Osha-Ifá.
Se dice que Obbatalá lo encadenó al fondo del Océano, cuando intentó matar a la humanidad con el diluvio. Siempre se lo representa con careta. Su culto es de la ciudad de Lagos, Benin e Ilé Ifé.
Su nombre proviene del Yorùbá Olókún (Oló: dueño - Okún: Océano). Representa las riquezas del fondo del mar y la salud. En la regla de Ocha es uno de los principales que no le pueden faltar a los Olochas y Babalawós. Su culto principal es propiedad de los Babalawós que lo reciben con las 9 Olosas y las 9 Olonas además del Eshu característico. Las Olonas y Olosas son las ninfas del agua, representan los ríos, riachuelos, lagunas, cascadas, manantiales, charcos, extensiones marinas y el agua de lluvia.
No va a la cabeza de ningún iniciado y los Olochas lo reciben y lo entregan en una ceremonia que incluye ceremonias en monte, cementerio y mar, se realiza un awan con 21 ministras y luego se baila a la canasta. Conviven con Olokun dos espíritus Somú Gagá y Akaró que representan la vida y la muerte respectivamente. Ambos espíritus se hallan representados por una muñeca de plomo que lleva en una mano una serpiente (Akaró) y en la otra una careta (Somú Gagá).
Olokun puede ser entregado por Babalawos o Iworos, y la validez de ambos está reconocida. La tinaja de babalawo lleva adentro y está cubierta con conchas marinas para representar el fondo del océano. Habla a través de Orunmila con los ikines.
En Ifá el culto de Olokun se realiza junto con Oduduwa, en su relación y conjunción de la tierra con el mar. En esta ceremonia se le ofrenda un toro a Olokun y se bailan las tinajas con las nueve caretas. Esta tradición se ha perdido un poco en Cuba.
Las diferencia principal entre el Olokun de Iworo (Santero) y el de Babalawo es que el de Babalawo no lleva agua. Se considera que el Olokun de Babalawo vive en el espacio vacío de rocas que existe entre el núcleo de la tierra y el agua de los océanos. Por lo cual no lleva agua. El de Iworo si lleva agua ya que su centro es Aggana Erí, la espuma del mar.
Su número es el 7 y sus múltiplos. Su colores son el azul, blanco o negro. Se saluda ¡Maferefún Olokun!
Rezo a Olokun
Se dice que Obbatalá lo encadenó al fondo del Océano, cuando intentó matar a la humanidad con el diluvio. Siempre se lo representa con careta. Su culto es de la ciudad de Lagos, Benin e Ilé Ifé.
Su nombre proviene del Yorùbá Olókún (Oló: dueño - Okún: Océano). Representa las riquezas del fondo del mar y la salud. En la regla de Ocha es uno de los principales que no le pueden faltar a los Olochas y Babalawós. Su culto principal es propiedad de los Babalawós que lo reciben con las 9 Olosas y las 9 Olonas además del Eshu característico. Las Olonas y Olosas son las ninfas del agua, representan los ríos, riachuelos, lagunas, cascadas, manantiales, charcos, extensiones marinas y el agua de lluvia.
No va a la cabeza de ningún iniciado y los Olochas lo reciben y lo entregan en una ceremonia que incluye ceremonias en monte, cementerio y mar, se realiza un awan con 21 ministras y luego se baila a la canasta. Conviven con Olokun dos espíritus Somú Gagá y Akaró que representan la vida y la muerte respectivamente. Ambos espíritus se hallan representados por una muñeca de plomo que lleva en una mano una serpiente (Akaró) y en la otra una careta (Somú Gagá).
Olokun puede ser entregado por Babalawos o Iworos, y la validez de ambos está reconocida. La tinaja de babalawo lleva adentro y está cubierta con conchas marinas para representar el fondo del océano. Habla a través de Orunmila con los ikines.
En Ifá el culto de Olokun se realiza junto con Oduduwa, en su relación y conjunción de la tierra con el mar. En esta ceremonia se le ofrenda un toro a Olokun y se bailan las tinajas con las nueve caretas. Esta tradición se ha perdido un poco en Cuba.
Las diferencia principal entre el Olokun de Iworo (Santero) y el de Babalawo es que el de Babalawo no lleva agua. Se considera que el Olokun de Babalawo vive en el espacio vacío de rocas que existe entre el núcleo de la tierra y el agua de los océanos. Por lo cual no lleva agua. El de Iworo si lleva agua ya que su centro es Aggana Erí, la espuma del mar.
Su número es el 7 y sus múltiplos. Su colores son el azul, blanco o negro. Se saluda ¡Maferefún Olokun!
Rezo a Olokun
Iba Olokun fe mi lo're. Iba Olokun omo re wa se fun oyio.
Olokun nu ni o si o ki e lu re ye toray. Bomi taafi. Bemi taafi.
Olokun ni'ka le. Moyugba. Ashe.
Venero al espíritu del vasto océano. Venero el espíritu del océano quien está más allá de todo entendimiento. Espíritu del océano, yo te veneraré, mientras haya agua en el mar.
Deja que haya paz en el océano. Deja que haya paz en mi alma.
Al espíritu del océano, al que no tiene edad, le doy mis respetos. Que así sea.
Pataki de Olokun:
Orisha oko
paseaba una tarde por la orilla del mar donde vio asomar el rostro de
una hermosa joven, temiendo aún que fuera un espejismo le preguntó su
nombre y quién era su padre.
–Me llamo Olokun y soy hija de Obbatalá –contestó desde el agua.
No pudo el labrador dormir esa noche pensando en la linda doncella y al amanecer salió presuroso a pedirla en matrimonio. Obbatalá lo escuchó y con gran paciencia le dijo: “Es cierto que mi hija tiene un rostro muy hermoso, pero también tiene un defecto, solo te la daré en matrimonio si te comprometes a no echárselo nunca en cara.” Orisha oko aceptó gustoso la condición y el día de la boda, cuando llegaron a la casa conoció que su esposa tenía el cuerpo contrahecho, pero ya no había forma de volver atrás.
El tiempo pasó y mientras el labrador cultivaba sus tierras, la mujer vendía la cosecha en el mercado. Un día Olokun regresó sin haber podido vender la mercancía y Orisha oko cegado por la ira discutió sin cesar hasta que olvidando la promesa le sacó en cara su defecto.
Marchó Olokun a su casa en el mar y fue tanto su enojo que las aguas comenzaron a inundar la tierra, pasaban los días y el disgusto de Olokun era cada vez mayor, las gentes no tenían donde refugiarse y Orisha oko sintiendo una gran vergüenza se dirigió al palacio de Obbatalá a implorar misericordia.
Varios mensajes mandó el padre a la encolerizada hija, pero el despecho de esta era tal que olvidó hasta la obediencia. Entonces Babá al ver que sus órdenes no eran cumplidas envió a Yemayá Okute a casa de Oggún en busca de la cadena más fuerte que jamás se hubiera visto y cuando la tuvo en su poder encargó a Yemayá Ashabá que encadenara a su hermana al fondo del mar. Desde entonces Olokun vive atada en las profundidades del océano donde ni la vista del hombre puede llegar, pero cuando recuerda el ultraje recibido, es tanta su ira, que las tierras vuelven a ser inundadas por el mar.
Agganá Erí.
–Me llamo Olokun y soy hija de Obbatalá –contestó desde el agua.
No pudo el labrador dormir esa noche pensando en la linda doncella y al amanecer salió presuroso a pedirla en matrimonio. Obbatalá lo escuchó y con gran paciencia le dijo: “Es cierto que mi hija tiene un rostro muy hermoso, pero también tiene un defecto, solo te la daré en matrimonio si te comprometes a no echárselo nunca en cara.” Orisha oko aceptó gustoso la condición y el día de la boda, cuando llegaron a la casa conoció que su esposa tenía el cuerpo contrahecho, pero ya no había forma de volver atrás.
El tiempo pasó y mientras el labrador cultivaba sus tierras, la mujer vendía la cosecha en el mercado. Un día Olokun regresó sin haber podido vender la mercancía y Orisha oko cegado por la ira discutió sin cesar hasta que olvidando la promesa le sacó en cara su defecto.
Marchó Olokun a su casa en el mar y fue tanto su enojo que las aguas comenzaron a inundar la tierra, pasaban los días y el disgusto de Olokun era cada vez mayor, las gentes no tenían donde refugiarse y Orisha oko sintiendo una gran vergüenza se dirigió al palacio de Obbatalá a implorar misericordia.
Varios mensajes mandó el padre a la encolerizada hija, pero el despecho de esta era tal que olvidó hasta la obediencia. Entonces Babá al ver que sus órdenes no eran cumplidas envió a Yemayá Okute a casa de Oggún en busca de la cadena más fuerte que jamás se hubiera visto y cuando la tuvo en su poder encargó a Yemayá Ashabá que encadenara a su hermana al fondo del mar. Desde entonces Olokun vive atada en las profundidades del océano donde ni la vista del hombre puede llegar, pero cuando recuerda el ultraje recibido, es tanta su ira, que las tierras vuelven a ser inundadas por el mar.
Agganá Erí.
Olokun tenía 11 hijas, Osupa (la luna), 5 Olosas, 4 Olonas y su preferida Agana Erí. Las Olosas y las Olonas eran las más bellas y eran sirenas, las nueve podían convertirse en pez-mujer o mujer solamente, mientras que su hermanastra Agana Erí, hija de Olokun con Yewá era deforme, le faltaba un seno y tenía una cadera más alta que la otra.
Por este motivo Agana Erí comenzó a sentir envidia de sus bellas hermanas y se alió a unos pescadores que desde hacía tiempo querían encontrar a las sirenas y capturarlas. Las sirenas tenían un resguardo que Orunmila les había obsequiado para transformarse cada vez que ellas quisieran.
Agana Erí un día de luna llena, les dijo a los pescadores donde capturarlas, a qué hora y cómo debían arrebatarle a todas el resguardo que llevaban en su cuello para que no pudieran regresar y convertirse en peces nunca más.
Así ocurrió. Con una inmensa atarraya los pescadores se apoderaron de sus hermanas. Sabido esto por Olokun, éste arremetió con un inmenso maremoto y rescató a sus hijas, ahogando quienes habían osado capturarlas. Como perdieron sus resguardos quedaron para siempre convertidas en sirenas y jamás pudieron convertirse nuevamente en mujeres. Olokun al conocer mediante Orunmila la perfidia de Agana Erí, la llamó y le dijo: Por tu maldad quedarás atada al fondo de los Océanos y solo saldrás en forma de espuma, condición que te otorgó Orunmila, cuando Oggun y Ossain peleando por ti te deformaron. Eres mi hija preferida y no te abandono, pero en tus manos llevarás como prueba de tu hipocresía una careta y en la otra como prueba de tu maldad una serpiente.
Los dos guerreros.
Olokun tenía a dos grandes guerreros que luchaban junto a él diariamente. Cada vez que vencían una guerra, llamaba a sus dos servidores y les invitaba a escoger sus recompensas. Si el primero de ellos, quien era vanidoso y malo pedía una cosa, al otro que era humilde y reverencial le daban dos veces lo mismo. Viendo el envidioso y orgulloso esta situación, un día después de una victoria, el vanidoso pidió a Olokun le sacara un ojo. Olokun entendió que de acuerdo a esa petición, tendría que dejar ciego a quien había demostrado bondad y resignación, dictaminó:
Desde hoy a ti te saco un ojo, pero vivirás en la Tierra, donde habrá guerras, miserias y llantos. Tu hermano vivirá en el fondo de los océanos conmigo y aunque no verá en la Tierra por tu culpa, en el océano tendrá ojos para ver aquello que tú no podrás ver. El tendrá paz y riquezas y también para que yo apruebe lo que estas haciendo en la tierra, tendrás que llevarle prueba de tus acciones al Mar y así él te dará su ashé. (Por eso es que Olokun come en la tierra y luego se lleva al mar, también este es el secreto de las dos tinajas, una grande y otra pequeña y de las dos manos de caracol, una abierta y una cerrada que lleva el Olokun de Iworo
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